Análisis

Riesgo País: Qué es y qué nos quiere avisar

Mauricio Demarco.
Mauricio Demarco.

Por Mauricio Demarco (*)

Como tantas otras cuestiones, símbolos y sensaciones, el Riesgo País ha vuelto a tomar protagonismo como resultante de las decisiones políticas y económicas del gobierno que conduce Mauricio Macri, hoy sujeto en gran medida a las restricciones y mandatos del Fondo Monetario Internacional.

Sin embargo, muchos argentinos vemos pasar esa cifra, ese indicador que crece y ya pasó la barrera de los 800 puntos sin saber muy bien qué nos está avisando respecto del futuro de todos los argentinos y, realmente, no es para nada menor su significado y las consecuencias de su progresivo crecimiento. Es más, cuando todos los indicadores productivos, salariales y comerciales se desploman, ya no solo los únicos que suben son desocupación y pobreza, hoy los canales nos hablan del riego país.

Les propongo que analicemos juntos qué es el riesgo país. Los economistas más sencillos, esos que no pretenden enroscarnos la víbora, dicen que es la diferencia entre la tasa de interés que pagan los bonos de la deuda pública externa de un país y la tasa que pagan los bonos de deuda pública de Estados Unidos, cuya moneda nacional es, a su vez, una moneda internacional, ergo ellos pueden pagar sus obligaciones emitiendo su propia moneda sin pensar en un riesgo por la cesación de pagos, sin embargo, nosotros (economía emergente) emitimos pesos y podríamos vernos obligados a declarar la cesación de pagos si no obtenemos los dólares suficientes para las cancelaciones, lo que significaría: Un riesgo.

En líneas generales y disculpen la sinceridad, traducido al día a día, lo que marca el riesgo país es el desbarrancamiento de la economía, la mirada que el mundo tiene sobre nosotros y la poca confianza que generamos. Eso es lo que sucedió en los 90 y lo que marcan las coordenadas del país actual: Déficit comercial, elevadas utilidades de las empresas extranjeras, intereses acumulados por la abultada deuda externa y la fuga de capitales hacían (y hacen hoy) que la toma de deuda fuera (sea) la última chance de conseguir dólares frescos. En esa época (los 90) el riesgo país intentaba advertirnos una crisis social, económica y política que finalmente detonó. Recuerdo allá por octubre de 2001 cuando tuvimos 1859 puntos y fuimos líderes mundiales en Riesgo País.

Claro que en el medio pasaron cosas que calmaron las aguas de este indicador y lo llevaron a flotar en la línea de los 400 puntos, principalmente como producto del desendeudamiento. Algunos incrédulos o negadores apodaron esta época como fruto del “viento de cola”, yo prefiero pensar que dejamos el bastón de plomo de los acreedores y nos animamos a caminar solos. Pero desde Diciembre de 2015, con otro rumbo basado fuertemente en variables como las descriptas en el párrafo anterior, es que por estas horas volvimos al podio de los “países más riesgosos”, superados solo por Venezuela 7226,2 y Zambia 1256,8, después Argentina con 809,3 al momento de esas palabras.

La pregunta lógica sería pensar ¿cómo fue que después de la convertibilidad y la crisis del 2001 el riesgo país pasó a ser un indicador irrelevante? Hubo una marcada decisión política de dinamizar a nuestra industria y el mercado interno para sostener el crecimiento económico sin acceder ni solicitar deuda pública en los mercados internacionales. Signo marcadamente contrario al destino que hoy pretende Cambiemos para la vida de los argentinos, que no se desvelan por la marca del riesgo país, pero están inmersos en los riesgos de un país que mira hacia el Norte.

Para finalizar, deseo remarcar que el riesgo país no es un asunto solamente financiero sino que es fuertemente político, porque cuando la financiación externa es el único camino, las decisiones más importantes y sensibles están sujetas a la aprobación de nuestros acreedores, que incluyen pérdida de la soberanía económica y las consecuencias de la injusticia social y, obviamente, un creciente indicador del riesgo país. Como sucede en estos días.

(*) Concejal del FpV.-

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